Los colores transmiten emociones, por lo que se consideran una parte primordial de la comunicación humana.
Una vez asumido esto, en Australia se realizó un proyecto para comprobar si dependiendo de la cultura del país ese mismo color se interpretaba de la misma manera o diferente.
Es el Proyecto Chroma 256, que trata de entender cómo las personas interpretan el color. ¿Por qué 256? Porque es el máximo número de colores que un ordenador puede desplegar al mismo tiempo. El proyecto pretendía averiguar si con el aumento de luz se unificaba la percepción cromática o por el contrario, se mantenían las diferencias culturales.
Escogieron personas adultas, ancianas y niños para que eligieran colores y los profesionales los pasaron a paletas.
Un ejemplo de estas paletas es el ecuatoriano, predominaban colores como el azul, el verde, el naranja, el violeta y muy poco color gris en comparación con Turquía y China.
Me pareció un proyecto original e importante, ya que de esta manera podíamos comparar paletas entre países o culturas y ver qué colores preferían ya sea por el sentimiento que transmiten, la asociación que lleva el color con algún objeto o idea...
También plantearon un sentimiento y dieron dos colores para elegir a cuál lo asociarían. Son proyectos muy interesantes por demostrar cómo cada cultura influye en nuestra percepción del color.
Comentarios
Publicar un comentario