PRESENTACIÓN DE MI PROYECTO FINAL:

En las dos últimas clases online que hemos tenido (martes 12 de enero y hoy, jueves 14 de enero) hemos estado presentando un proyecto en el que hemos estado trabajando durante todo el primer cuatrimestre.

María Jesús nos dio un tema que era "la mentira" y a partir de este tema tuvimos que crear un proyecto artístico de lo que nos inspirase.

Yo, para comenzar investigué sobre el concepto de "mentira", después empecé a leer sobre ello y me decanté por un aspecto más filosófico y metalingüístico.

Me basé mucho en Nietzche y hablé sobre la mentira del lenguaje.

El lenguaje es un sistema de comunicación estructurado, que para su uso debe existir un contexto y una serie de principios combinatorios. Es posterior al homo sapiens y creado en diferentes núcleos del planeta.

Los diferentes lenguajes, comparados unos con otros, ponen en evidencia que con las palabras jamás se llega a la verdad pues, en caso contrario, no habría tantos lenguajes.
Dichas designaciones son arbitrarias, con las palabras no se llega nunca a una adecuada expresión , pues el creador del lenguaje sólo se limita a designar las cosas según su relación con los hombres. Al ser una descripción creada por nosotros mismos, nos devuelve nuestras limitaciones y capacidades. Sin embargo, se recurre al lenguaje para entender y manejar la realidad.
Dividimos las cosas en géneros. Por ejemplo, caracterizamos el árbol como masculino y la planta como femenino... es una extrapolación arbitraria, porque, siendo el árbol una planta (de definición en la RAE: Un árbol es una planta, de tallo leñoso, que se ramifica... etc.), ¿por qué uno es masculino y el otro femenino? ¿A qué altura volamos por encima del cánon de la certeza?

Lo que hay en ambos momentos, es un salto desde una esfera a otra totalmente distinta. Es decir, para describir y manejar la realidad necesitamos las palabras, si no, no podríamos entenderla, pero ¿cómo las palabras van a poder describir la realidad si es un ámbito creado por nosotros totalmente distinto?. La verdad es que empleamos el lenguaje para referirnos a las esencias pero que nada tiene que ver con ellas.

Para entenderlo mejor, un ejemplo:

Otro ejemplo, hablamos de una serpiente: la designación, que viene de serpens, -ntis, del latín, da origen a la palabra serpentear, que cubre solamente el hecho de retorcerse; podría, por tanto, atribuírsele también al gusano. Con ejemplos como éste reflexionas sobre la arbitrariedad en las denominaciones de los conceptos.

Por ejemplo, cuando decimos que un hombre es honesto, ¿por qué es honesto? Nuestra respuesta suele ser que a causa de su honestidad.

La honestidad... Ciertamente no sabemos nada en absoluto sobre la honestidad, pero sí de una serie numerosa de acciones individuales, por lo tanto desemejantes, que igualamos olvidando sus diferencias, y las denominamos bajo el nombre de honestidad; al final formulamos a partir de ellas una cualidad que es la honestidad. Pero en realidad es una omisión de lo individual. Lo que conoce la naturaleza es una X inaccesible e indefinible para nosotros, y no conceptos ni formas. Todo esto no son más que cuestiones antropomórficas.

Entonces, ¿por qué usamos el lenguaje sabiendo que está tan alejado de la certeza? Porque nos ayuda a entender y manejar la realidad. La variedad de formas, colores y sensaciones que percibo al asomarme por mi ventana es prácticamente infinita. Si tuviese que guiarme por esas percepciones múltiples y en continua transformación, me sentiría completamente desorientada y perdida. Afortunadamente, mi razón me permite unificar todos esos datos bajo un concepto.

Este proyecto me inspiró para realizar dos cuadros. Compré dos lienzos de 30x40cm y usé pintura acrílica.

En el primer cuadro, podemos identificar los diferentes elementos que lo componen gracias al lenguaje, gracias a que recogemos los diferentes datos que nos dan y los unificamos bajo un concepto. Podemos observar que se trata de un pez payaso en su anémona:

Pez payaso en su anémona. Lucía Sánchez.

En el segundo cuadro representé la misma pintura que del primero, sin embargo, representé lo que para mí sería la realidad si no existiese el lenguaje. Veríamos una variedad de formas y colores sin entenderlos.